Cuentan que tenía la mirada más triste, mirada de mil puestas de sol.
Cuentan que tenía el pelo largo y color petróleo, que se movía como una ola con destellos de cielo.
Cuentan que tenía la cara pálida de tantas (re-tantas) lágrimas caídas.
Cuentan que era invisible y todos la miraban para dejar de verla.
Cuentan que hablaba como un suspiro, que nunca se le escuchaba y volaba con el viento.
Cuentan que nunca existió. Cuentan que nunca estuvo.
Yo cuento que la vi, que todo lo que contaban era cierto pero...
Cuentan que imagino demasiado, que me invento cosas que no existen.
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