lunes, agosto 17



Se revolcaba entre las flores marchitas esperando el milagro que las reviviera el cual como todos los milagros no llegó nunca. Y lloraba, desolada, esperando que sus lágrimas como torrentes de vida resucitaran a sus plantas, pero seguían muertas. Y su madre le repetía incansablemente:

-No se puede volver de la muerte mijita. Ni las flores ni tu abuelita volverán, déjalas que se vayan con ella.
-No.-respondía pero dejaba de llorar y se quedaba sentada con gesto serio esperando para ver si alguna de esas hermosas florecillas revivía y pensaba, pensaba que sí las flores de la abuelita se habían muerto de pena ¿qué hacía ella ahí?

¿Por qué su corazón seguía dando saltitos alegres en su pecho en medio de ese lecho de flores marchitas?

No hay comentarios: