domingo, noviembre 1

Disaster

Soy un desastre, mi hermana suele decírmelo medio en serio, medio en broma, pero es cierto. Soy un total, completo y absoluto desastre y sé qué lo soy porque me importa una mierda.
Si me imagino viviendo sola en el futuro es con un clóset bien añejo lleno de ropita medio de niña medio de mujer, ropitas escogidas porque soy vanidosa, vestidos bonitos que me quedan bien. Me imagino en un departamento chiquitito y antiguo, de esos con terraza con Art Nouveau (o como se diga), me imagino en la terraza de noche, con mi pijama, tan sólo una polera liviana y un short corto, con el pelo suelto y un cigarrillo en la boca (aunque justo ahora, no fumo) una taza de café en el piso al lado de mi notebook, mirando la noche (que tanto me gusta), la luna y suspirando por algo que no sé que es. Me imagino bajando la mirada y saludando a alguien (un vecino o quizás tú) y luego sentándome en la cerámica helada, a perder el tiempo, como tantos otros días, hasta que el cigarrillo se consuma, se acabe el café o me aburra nada más.
Me imagino la habitación llena de ropas tiradas por todos lados, algunas mías, otras no, me imagino lo zapatitos esparcidos por todos lados, me imagino las plantas extrañamente bien cuidadas, me imagino el living con alfombra mullida esperando tal vez conciliar el sueño en ella. Me imagino la mesa del comedor, llena de papeles, de diarios, de tazas de capuccino, de colillas de cigarrillo. Me imagino el baño, limpísimo por mi complejo anti bacteriano al igual que todo el departamento (limpio, pero desordenada). Imagino también la mañana, despertándome tarde porque mi casa casi no tendrá relojes, arreglándome apurada y buscando las llaves desesperada para salir corriendo, dejando el desastre de cosas tiradas por mi camino, agarrando un poco de dinero para comprarme algo de desayuno en la panadería de la esquina para comer de camino a donde-sea-que-vaya. Me imagino tomando el transporte (o quizás manejando) hacia ese lugar, olvidando que dejé la llave abierta del baño, que me traje el bolso equivocado, que dejé las llaves en la mesa de la cocina. E imagino mi cara de sorpresa, cuando me de cuenta de todo y me imagino diciendo ’soy un desastre’ mientras me devuelvo para solucionarlo, entre risas, porque ser un desastre es muy divertido.

2 comentarios:

Anónimo dijo...

Te imaginas cosas parecidas a las que alguna vez -hace no mucho tiempo- imaginé yo. Solo que me veía sin el cigarro -como lo odio- y en realidad la taza tendría leche con chocolate caliente, no café... y creo que ne lo del desorden tambien discrepamos :)
Imaginar es bueno, verse en el futuro es bueno, pero siempre dependera de lo que vez. Creo (y solo creo) creo my queen, que usted seguirá siendo un desastre si se sigue imaginando desastrosa, y no digo que eso sea malo.
Creo también my queen, que tal vez, cuando llegue ese día en el que esté sobre una micro, o manejando, y se de cuenta de que dejó la llave abierta del baño, que llevó el bolso equivocado, que dejó las llaves en la mesa de la cocina, y luego se diga "soy un desastre" recordara esta entrada de su blog, tal vez recuerde también este comentario, y si lo hace, tal vez se le escape una sonrisa.

Jean Baudelaire dijo...

que genial!


me tienes que enseñar a escribir de esa manera, según mis palabras, como haciendo un circuito circular en cuyo término llegas al punto de partida otra vez, no se si me entiendes =3
Espero tu visita a mi Locus Amoenus.
que estés bien
chau!